15 octubre, 2018

Cómo prevenir delitos en personas mayores

Los ancianos son más vulnerables y, por ende, más propensos a convertirse en víctimas. Con diversas medidas y recomendaciones se puede ayudar a este segmento de la población a prevenir y a evitar situaciones de inseguridad

Según la ONG Defendamos Buenos Aires, en la Argentina ocurre un robo violento contra un jubilado cada 12 horas. El estudio destaca, además, que esos delitos son cada vez más violentos. La mayoría sucede en la Ciudad de Buenos Aires y en el conurbano.

El viejo y conocido “cuento del tío” sigue siendo una modalidad tan lamentable como efectiva. Al vivir solos, sin un familiar directo, los mayores suelen depositar su confianza en quienes les ofrecen algún tipo de ayuda. Esta es la vulnerabilidad y la credulidad que aprovechan los delincuentes. Piden, por ejemplo, documentos o tarjetas con sus datos para poder facilitarles algún trámite o para prestarles un servicio a muy bajo costo. Hay quienes tocan el timbre pidiendo comida y tras repetirlo varias veces y haber ganado suficiente confianza, les roban. Otros dicen que vienen de una compañía a reparar el teléfono…

Para prevenir delitos en adultos mayores, hay que ayudarlos a adoptar ciertos hábitos y medidas de seguridad:

  • No abrir la puerta a extraños.
  • Estar atentos al entorno, y evitar caminar por sectores solitarios o de noche.
  • Al momento de cobrar la jubilación o de ir al banco, ir acompañados por alguien de confianza. No llevar bolsas ni paquetes, para tener las manos libres y el foco en la cartera o en la billetera.
  • Al usar el cajero automático:
  • Esperar el turno a una distancia prudente.
  • No hacer operaciones con personas desconocidas muy cerca.
  • No pedir orientación a terceros, excepto al personal del banco.
  • Evitar contar dinero en la vía pública; hacerlo dentro de un local, en forma discreta, y guardarlo, luego, en un lugar seguro.
  • No dar a conocer a terceros ausencias prolongadas ni rutinas.
  • No aceptar regalos, transporte ni alimentos de desconocidos.
  • Ante cualquier inquietud, acercarse a funcionarios debidamente identificados con su credencial.
  • Cuidar la privacidad de las claves secretas:
  • No compartirlas.
  • Cambiarlas periódicamente, utilizando códigos difíciles de adivinar.
  • Si se entrega la tarjeta de débito o de crédito a un empleado de una estación de servicio, mozo u otro, no perderla de vista ni permitir que pase por más de un lector.
  • Para evitar estafas telefónicas, identificar a quien hace el llamado: solicitar su nombre completo, su cargo, su lugar de trabajo y un teléfono fijo para verificar la información.
  • Tener cuidado con las llamadas telefónicas que ofrecen premios, créditos u otros beneficios.
  • No brindar información personal importante, como números de tarjetas bancarias, nombres de familiares, teléfonos o direcciones. Tampoco aclarar si vive solo o acompañado.
  • Nunca aceptar la entrega de bienes o de dinero, ni llevarlos a algún lugar que solicite un desconocido.
  • Desconfiar de llamadas sospechosas que alerten sobre el accidente de un familiar. En cambio, contactarse con la persona supuestamente afectada o con la policía.
  • Establecer un sistema de comunicación de urgencia con familiares o amigos, para usar en caso de que los teléfonos habituales estén ocupados por quienes no quieren que se confirme la supuesta emergencia.

Educar a los mayores en estos hábitos y medidas de prevención, y brindarles, a la vez, una red de contención ayudará a reforzar su seguridad y a que los delincuentes no encuentren el camino tan allanado.

 

Fuentes consultadas