15 junio, 2018

La copa del mundo está blindada

Rusia lanzó un arsenal de regulaciones, prohibiciones y tecnología para garantizar máxima seguridad.

Cuando de rigor se trata, Rusia no anda con medias tintas. Y la seguridad para el mayor espectáculo futbolístico del mundo se convirtió en la prioridad absoluta del país anfitrión. Con una inversión de varias cifras, tecnología de punta y medidas inéditas, Rusia se prepara para recibir a más de un millón de personas, que llegarán a las 11 ciudades participantes del Mundial.

La obsesión por la seguridad nace de serias preocupaciones; entre las que prevalecen los barrabravas y los ataques terroristas. Aún está muy fresco el recuerdo de los incidentes que cometieron los hooligans rusos en Marsella, durante la Eurocopa, en junio de 2016. A su vez, por participar en el conflicto de Siria, el grupo yihadista Estado Islámico (EI) ha amenazado varias veces a Rusia y ha conseguido ejecutar atentados en su territorio. En abril de 2017, explotó una bomba, en el metro de San Petersburgo -una de las ciudades sede del torneo-, y ocasionó 16 muertos. El último amedrentamiento público ocurrió el 3 de mayo cuando ISIS difundió una fotografía con el texto: “Gran partido: Estado Islámico vs. Rusia… vida o muerte”.

Quince ministerios y servicios trabajan en pos de la seguridad. Todas las fuerzas de seguridad están involucradas; desde la policía hasta el ejército.

La ciudad de Moscú se encuentra impregnada de controles, dispuestos en los principales hoteles, en las cercanías de la Plaza Roja y del Kremlin, zona en la que se hará el sorteo de la fase final del torneo del mundo. Se reforzará la vigilancia del espacio aéreo con constantes vuelos militares en la región de los montes del Cáucaso y en los Urales, en pos de evitar la invasión desde la parte asiática de Rusia.

En cuanto a las medidas más tecnológicas, habrá 5 mil cámaras con reconocimiento facial diseminadas en todas las ciudades que son sedes, especialmente, en Moscú. Estos dispositivos reconocen 20 caras por segundo.  A su vez, se colocarán 160 mil cámaras en los 12 estadios. Se monitorearán las hinchadas de cada selección y habrá un estricto control militar de las zonas de seguidores (“fan zones”).

En una lista negra figuran los “aficionados no deseados”, quienes no pudieron ni podrán obtener el visado ni la “Fan ID”, un documento que los asistentes deberán mostrar a las autoridades rusas, junto con su entrada, al ingresar a un estadio.

Algunas de las prohibiciones incluyen comprar bebidas alcohólicas y de cualquier tipo de botella de vidrio la víspera y el día de los partidos, alrededor de estadios, canchas de entrenamiento, zonas de seguidores y otros lugares clave, como estaciones y parques. Tampoco se permitirá circular con autos en las zonas céntricas, volar drones, hacer manifestaciones públicas ni emprender excusiones turísticas en ómnibus o en barcos en las ciudades sede. Una de las restricciones más curiosas prohíbe la caza de corzos y jabalíes en los bosques que rodean la región de Kaliningrado. Sucede que entre el 25 de mayo y el 25 de julio será imposible vender, registrar, transportar o llevar cualquier tipo de arma. Igual de llamativa es la proscripción de hacer asados, ya que no se permitirá encender fuegos ni quemar pasto, para evitar incendios.

Vladimir Putin, el jefe de Estado ruso, en la reunión anual con los responsables del ministerio ruso de Interior de febrero, lo había dejado claro: “El modo en que se desarrollará este evento y toda la imagen de nuestro país dependen directamente de vuestro trabajo preciso y competente”.

Fuentes consultadas: